Junto al número de Preguntas y Respuestas, el efecto de Telepatía Entre Dos fue la base fundamental de la mayoría de los espectáculos de mentalismo a partir del s. XIX.
¿Pero qué es exactamente la Telepatía Entre Dos? Veamos en qué consistía el número de Robert-Houdin, que estrenó el 12 de febrero de 1846:
Émile, hijo de Robert-Houdin, permanecía vendado y sentado en una silla en el escenario. Mientras Robert-Houdin caminaba por el auditorio, recogiendo objetos aleatorios de los espectadores, su hijo era capaz de adivinar, sin poder ver nada, qué objetos eran. Incluso podía describir en detalle su material, color,... De ahí el nombre de “La Segunda Visión”: Émile era capaz de ”ver” incluso estando vendado, o de espaldas al público. Poco después evolucionó la premisa, pasando a ser un efecto de telepatía: el asistente podía adivinar los objetos porque leía la mente de su compañero, o la del propio público.
Como dijimos al principio, Robert-Houdin lo popularizó, pero ese mismo efecto llevaba ya algún tiempo presentándose. Él lo aprendió directamente del posible inventor: Chevalier Pinetti. Y él se inspiraría a su vez en la teoría del magnetismo animal de Franz Anton Mesmer. De una forma muy primitiva, los animales capaces de hacer operaciones matemáticas y sencillas adivinaciones, hacían algo muy parecido al efecto que estamos estudiando.
Tras el éxito de Robert-Houdin aparecieron muchos imitadores (hay cosas que nunca han cambiado...). Por ejemplo, William Henry Palmer, adoptando el nombre de Robert Heller, triunfó en EE.UU. copiando su espectáculo “Soirées fantastiques” completo, incluso imitando el acento francés. En la tercera parte de su show presentaba su “Visión Súper-Natural”, con su asistente, una mujer con “poderes de clarividencia”, que era llevada a trance usando la hipnosis.
Lo más habitual era que los artistas presentasen este efecto junto a algún familiar (o supuesto familiar), con el que se suponía que tenían una conexión especial: hijo, cónyuge, hermano o hermana, etc.
Personalmente me encantan este tipo de números con los que, sin ningún tipo de accesorios, puedes viajar por el mundo fascinando a enormes auditorios. En “Confidencias de un Prestidigitador”, Robert-Houdin deja entrever que el método consiste en el desarrollo de una extraordinaria memoria tanto de él como de su hijo, además de la existencia de una correspondencia secreta entre ambos.
Lamentablemente, por la gran proliferación de artistas imitando pobremente este tipo de rutinas, el secreto de la rutina se hizo conocido por el público. Esto llevó a que los artistas tuviesen que crear métodos nuevos para acabar con las suspicacias de los espectadores. Así, por ejemplo, en la nueva rutina de Robert-Houdin, él permanecía en completo silencio, y únicamente tocaba una campanilla para que su hijo Émile procediese a la adivinación del objeto. Y muchos otros ilusionistas crearon sus propias versiones “en silencio” de este número. Algunos usaban códigos mucho más sofisticados, y otros tecnologías novedosas para la época.
Así han llegado hasta nuestros días cientos de autores que han explorado esta materia desde distintos ángulos, como los propios Corinda y Annemann.
Entre el público general han triunfado multitud de artistas realizando este tipo de efectos:
Otra de las hazañas de The Piddingtons:
En la actualidad son muy pocos los artistas que realizan este tipo de actos. Seguramente por el trabajo y los esfuerzos que hacen falta, y no sólo para su construcción del número. Sobre todo por los continuos ensayos necesarios para llegar al nivel de compenetración indispensable para poder presentar este efecto en público.
Otra de las dificultades hoy día sigue siendo también el conocimiento del público de algunos métodos. No sólo muchos sospechan de la existencia de compinches o complejas tecnologías, sino que algunos intuyen el uso de códigos secretos, aunque no puedan identificarlos. De hecho, muchos magos presentan rutinas cómicas que juegan con este concepto, como hacía mi compañero Juan Garrido en nuestro espectáculo “Magia a Dos Velas”.
Siempre me ha interesado esta rama del mentalismo. No sólo por su importancia histórica, sino también por su pureza y complejidad. Pero sobre todo por su impacto sobre el público. Sólo dos personas. Sin aparatos de ningún tipo, ni argumentos enrevesados. A uno de ellos le presentan un elemento, y el otro es capaz de describirlo con todo detalle. Nada más simple, pero nada tan difícil.
Desde hace muchos años he intentado idear nuevas técnicas y métodos para replicar este efecto, procurando el máximo impacto con la mayor sencillez posible. Mi técnica V-Code es el resultado de esta investigación. Los códigos usados por los mentalistas suelen basarse en docenas de palabras o expresiones distintas, pero V-Code usa una única palabra clave. Aunque incluyo también una variante con la que poder realizar el efecto en completo silencio, ideal para final de rutina.
Es un honor para mí poder aportar mi granito de arena a esta larga tradición, que empezara de la mano de artistas como Pinetti y Robert-Houdin, y llegó a fascinar a públicos de todo el mundo, en teatros o a través de la radio y la TV.
¿Y tú? ¿Hace algún espectáculo o rutina de mentalismo junto a algún compañero? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
]]>
La única y notable excepción fue con mi espectáculo de cerca Cartas Bajo Control. Era una sesión compuesta prácticamente en su totalidad por efectos con cartas, con un intermedio en la que realizaba una rutina con varios efectos de monedas (¿os he dicho que también soy fan de la numismagia?). En este espectáculo no había nada de mentalismo, ni siquiera magia mental. Lo que sí estaba es mi rutina de tahurismo.
Volviendo al tema del mentalismo, un tema recurrente en foros, libros y vídeos, es la discusión sobre si las cartas de póquer tienen lugar en una sesión de mentalismo.
El principal argumento en contra, es que los espectadores pueden asociarnos con el ilusionismo, y por tanto con la idea de que lo que hacemos tiene “truco”. Eso destruiría inmediatamente nuestra credibilidad, que para mí es una de las claves del mentalismo, como expliqué en Mentalismo vs. Ilusionismo.
Aún así es muy fácil justificar el uso de cartas de varias formas. Podemos hablar de las cartas ESP, de su historia, y de porqué se usaban. Y a continuación presentar las cartas de póquer como un conjunto de símbolos más extenso: en las cartas ESP sólo hay 5 figuras distintas, pero en la baraja de póquer hay 52 cartas diferentes. Para efectos en dónde uses los colores de las cartas, es mucho más fácil de justificar.
Otra forma de introducir las cartas es hablando de los juegos como el póquer, donde tan importante es la lectura del contrincante para intentar adivinar su jugada.
Para otros efectos con cartas, sobre todo si hacemos una lectura en frío del espectador, podemos explicar la relación entre las cartas de póquer y el Tarot. Aunque te recomiendo que para ello consultes fuentes fiables acerca de la historia del Tarot.
Particularmente no soy muy partidario de justificaciones demasiado laboriosas de los accesorios o los procedimientos que usemos. Lo que sí es muy importante es que nuestro manejo de la baraja sea lo más natural posibles. Lo ideal sería que ni siquiera tocásemos las cartas, y cuando lo hiciéramos seamos lo más limpios y claros posibles. Debemos dejar que sean los propios espectadores, dentro de lo posible, los que lo hagan todo.
Para terminar voy a presentaros algunos de mis efectos favoritos de mentalismo con cartas.
Por cierto, normalmente procuro traducir del inglés todo lo que tiene sentido en castellano, pero los nombres de algunos efectos son tan populares en inglés, que he decidido dejar sus títulos en su versión original.
Aunque suene muy sencillo, o puede que precisamente por ello, para los espectadores sigue siendo una de las demostraciones más fuertes que pueden experimentar. El efecto en sí es muy sencillo: el espectador coge o mira una carta, se concentra en ella y el mentalista la adivina. Pero hay un detalle crucial: debemos dar la sensación de que no adivinamos simplemente una carta elegida, como haría un ilusionista. En vez de eso, para el público estaremos adivinando una información que tiene el espectador en su mente. Los espectadores deben pensar que, del mismo modo, podríamos adivinar cualquier cosa que estuviesen pensando.
Hay miles de formas de realizar este efecto, pero te recomiendo que busques una en la que el espectador no tenga que coger físicamente la carta, sólo mirarla. Y si tiene que coger la carta, que la devuelva al mazo de la forma más limpia posible. Debemos intentar que al final el espectador ni siquiera recuerde que vio una carta, y que podría haber pensado en una cualquiera.
Acortado como OOTW, y traducible como “Fuera de Este Mundo”. Uno de los efectos más potentes para el público, sobre todo porque son ellos mismos los que usan el poder de su propia mente.
Se podría traducir muy libremente como “Partida de Póquer a 10 cartas”. De este efecto, como del anterior, hay miles de versiones. También hay otras demostraciones de póquer parecidas con 10 cartas con métodos distintos, pero efecto similar: el mentalista controla las elecciones del espectador para ganar siempre.
También referenciado por sus siglas ACAAN. Se traduce literalmente como “Cualquier Carta a Cualquier Número”. El Santo Grial tanto del mentalismo como de la cartomagia.
El efecto es muy simple: un espectador nombra una carta cualquiera, otro espectador dice un número entre 1 y 52. Se cuenta dicho número en la baraja, que estuvo siempre a la vista y sin ser tocada, y la carta nombrada aparece en dicho lugar.
Esta ha sido una de mis obsesiones durante los últimos, y poco a poco me voy acercando a la solución perfecta :)
Hay otras muchas variantes de este efecto en el que una carta elegida por un espectador, y devuelta al mazo, aparece en el número elegido por otro espectador. Pero ojo, dependiendo de cómo lo presentes podrá parecer mentalismo o “simplemente” pura magia.
Para terminar os recomiendo el libro “Libertad de Expresión” de mi amigo y maestro Dani DaOrtiz. Y mi libro sobre barajas ordenadas, "Ordenando Ideas", ya que ésta es una herramienta muy potente para cualquier mentalista.
]]>
Si ves actuar a mentalistas e ilusionistas con muchos años de experiencia, te darás cuenta de la diferencia en cómo tratan a los espectadores que suben al escenario, en comparación con los principiantes.
Los mejores profesionales no sólo le preguntan el nombre al espectador que va a ayudarles —¡y memorizan su nombre!—, sino que le pregunta de dónde es, a qué se dedica, charlan sobre ello,... En definitiva, transforma a esa persona que acaba de subir en la nueva estrella del espectáculo. E incluso es capaz de hacer que brille.
Pero ojo, el artista debe interesarse por el espectador de una forma sincera. Debe ser auténtico o el público lo notará, de forma consciente o subconsciente.
¿Por qué es importante esta interacción con el espectador? En primer lugar para que no se sientan como meros accesorios del espectáculo. Un espectador que sube al escenario no es un sobre o una baraja ESP. Dentro de un momento vas a necesitar que esta persona siga tus instrucciones y esté de tu lado. Que se sienta cómodo, e incluso agradecido por la experiencia.
En segundo lugar, si el resto del público siente que aquel que ha subido a ayudar al mentalista es tratado bien, y además está disfrutando, ellos también querrán ayudar más tarde y colaborar.
Por último, simplemente hablando con el espectador puedes descubrir cosas interesantes que puedes usar en el efecto que vayas a hacer. Si esa persona trabaja en marketing y vas a hacer un experimento en el que predices una elección, puedes preguntarle qué sabe acerca de los mensajes subliminales en la publicidad, y así introducir el efecto. Si es artista visual puedes preguntarle sobre su proceso creativo y enlazarlo con una adivinación de un dibujo. Etcétera. De esta forma tu actuación será mucho más “orgánica”.
Si recuerdas, en mi anterior artículo sobre combatir los nervios, te proponía que alguna vez en cada actuación intentases usar de verdad tu intuición para adivinar. No querría que ese consejo se quedara en una mera mención al final de un artículo, ni que subestimases el poder de esa idea.
Sigamos con el escenario del apartado anterior, en el que un espectador sube a ayudarte, os presentáis y habláis un poco sobre él. En este contexto puedes hacer alguna pregunta como si hicieras una suposición: “¿eres acuario?”, “tienes un hermano, ¿verdad?”,... Lo que tu intuición te diga. Si aciertas poténcialo, y si fallas no le des importancia, sigue con la charla y simplemente se olvidará. En el curso de lectura en frío puedes aprender técnicas para potenciar cuando aciertes, y convertir los errores en aciertos.
Sí, en serio. Limitarse a un repertorio reducido será muy beneficioso para ti, porque de esa forma podrás concentrarte en mejorar esos efectos que hagas, sacándoles así el máximo partido.
Una de las decisiones más importantes que tomé con respecto a este tema es eliminar de mi repertorio aquellos efectos que cumpliesen alguna de estas condiciones:
Esta decisión no ha sido fácil, porque he tenido que desechar muchos efectos que llevaba años y años realizando, que eran muy potentes para el público, y a los que le tenía mucho cariño. La parte positiva es que, con un poco de esfuerzo, he podido incorporar rutinas nuevas, originales, que me han dado muchas satisfacciones.
No puedo enfatizar suficiente este punto: huye de lo que hace todo el mundo.
Sobre este punto se podría escribir un libro. El proceso en mentalismo es lo que el público ve o experimenta cuando hacemos lo que hacemos. Este proceso no tiene que ser visual —aunque es recomendable que siempre haya algún elemento visual—, pero siempre debe ser visualizable en la imaginación de los espectadores. Esto hará que lo que experimenten sea más interesante y se recuerde mejor. También, al darle al espectador una posible explicación, evitamos en cierta medida que su mente busque otras posibles soluciones.
Para llegar a este proceso tienes que hacerte preguntas básicas como: ¿leo la mente del espectador o el espectador tiene que concentrarse para enviarme sus pensamientos? ¿Uso la intuición o la psicología? ¿Los pensamientos son energía? ¿Tocar al espectador facilita la transmisión de los pensamientos? ¿Cuando hago una predicción veo el futuro o controlo las decisiones del espectador?
Meditar sobre estos temas repercutirá sobre los efectos o las presentaciones que hagas. Incluso es posible que tengas que eliminar efectos, como vimos en el apartado anterior. Es lo que me pasó a mí cuando empecé a dar pasos del ilusionismo al mentalismo: descarté la mayoría de los efectos que conocía porque no encajaban con la idea de mentalismo que tenía en mi imaginación.
Ahora bien, muchos artistas de nuestro gremio están de acuerdo en que no es necesario contarles a los espectadores exactamente cuál es nuestro proceso. Es decir, no hay que explicarles que si le pongo los dedos sobre la frente su pensamiento convertido en energía llega hasta nuestra mente, o algo parecido. Simplemente nuestros actos y presentaciones deben ser coherentes con nuestra visión, y dejar al espectador que saque sus conclusiones.
Yo comparto esa opinión en parte. Personalmente algunas veces prefiero darle al espectador pinceladas, para que él mismo se forme en su cabeza sus teorías, que muchas veces serán mejores de lo que tú puedas inventar. Otras veces le doy una perspectiva más definida. Es crucial que haya variedad en una sesión, y que el espectador no esté viendo lo mismo una y otra vez. Pero también es importante ser coherente: no hacer una adivinación de una carta detectando las mentiras y a continuación adivinar un nombre hablando con los espíritus.
Ten siempre los ojos bien abiertos para cazar aquello que pueda enriquecer tu mentalismo. Me refiero a frases, historias, música, situaciones, pensamientos,... Cualquier cosa que vivas en tu día a día que puedas incorporar de alguna forma a lo que haces.
Esto es otra recomendación que ya hice en el curso de lectura en frío: ten siempre a mano papel y boli, o alguna aplicación en el móvil, para apuntar todo aquello que pueda ser interesante. Una frase de un libro que puedas añadir a alguna presentación, una escena de una película que te inspire para un efecto, un objeto cotidiano que pienses que puedas usar de alguna forma,...
Todas estas cosas harán de tus espectáculos y sesiones de mentalismo una experiencia única. Estarás ofreciendo algo a tus espectadores que ningún otro artista le podrá dar. Y esa será la razón por la que el día de mañana no querrán ver a un mentalista o ilusionista cualquiera, querrán verte a ti.
###
Recuerda que durante este mes de febrero puedes usar el cupón DEVUELTA para conseguir un 15% de descuento en tus compras mayores de 5€. Y si quieres estar informado de estas ofertas y recibir material gratis exclusivo, no olvides apuntarte en la lista de correos. Introduce tu email en el formulario de abajo para recibir el ebook “Mentalismo de Supervivencia”.
]]>Algunos ya me han preguntado por privado, así que me he decidido a resumir todo lo que sé sobre el tema, y lo que a mí me funciona.
Los nervios son un tipo de estrés, que por sí mismo no es algo negativo. Cierto estado de estrés es necesario e incluso deseable en algunas situaciones, ya que te mantiene alerta y a punto para detectar contingencias y resolverlas rápidamente, o para aprovecharse de ciertas situaciones improvisando. Lo malo del estrés es cuando se convierte en algo crónico y permanente.
Si te fijas, los nervios antes de una actuación tienen las mismas características que la excitación. Cuando tienes muchas ganas de hacer algo, o que se produzca por fin un acontecimiento importante, tienes ese gusanillo, esos nervios, ilusión, o excitación. Por lo tanto, lo primero que tienes que hacer es dejar de ver esos nervios como algo negativo, sino como algo positivo. Se convierte en algo negativo cuando la expectación que tienes es negativa, es decir, empiezas a pensar que vas a fallar, o que al público no le va a gustar.
Cuando tengo una actuación importante visualizo las reacciones que va a tener el público, y cómo van a disfrutar. Ya habrás actuado muchas veces y sabes perfectamente que al público le gusta lo que haces, y que siempre quedan fascinados. Sabes que incluso con las cosas más sencillas el público queda maravillado.
Si aún así sigues teniendo expectativas negativas te recomiendo que aprendas acerca del mindfulness y la meditación. Aprende a vivir en el ahora.
Otra de las cosas que me hace estar más tranquilo, antes y durante una actuación, es el saber que lo tengo todo bajo control. Esto lo consigo de varias formas:
Dicho todo lo anterior, es importante que te acostumbres cuanto antes a fallar. Sobre todo en mentalismo. Los momentos más memorables que tendrás, te aseguro que serán cuando des rienda suelta a tus intuiciones. Y para hacer eso con tranquilidad, tendrás que perderle el miedo a equivocarte.
A los que vienen del ilusionismo esta parte les va a resultar más complicada, porque como ya comenté alguna vez, en la magia un error puede destruir la atmósfera mágica, pero en el mentalismo puede llegar incluso a incrementar la credibilidad.
Por tanto, te propongo que en cada actuación intentes adivinar de verdad algo sobre tu espectador. Deja volar tu imaginación e intenta intuir cuál es su trabajo, o signo del zodiaco, o nombre de su madre,... Como si realmente tuvieras poderes. Si te equivocas, que será lo habitual, sigue con la rutina o efecto de forma natural, sin darle mayor importancia. El día que aciertes acuérdate de invitarme a algo. Te sorprenderás...
¿Y a ti? ¿Qué trucos te funcionan para combatir el miedo escénico? ¿Sigues teniendo problemas de este tipo?
]]>Es una rutina de las que a mí me gustan, por varios motivos: se puede presentar como influencia psicológica o prueba de intuición. Aunque por supuesto también lo puedes presentar como una demostración clásica de precognición. Y además es un efecto con monedas. Siempre he sido un amante de la magia con monedas, y como Pablo demuestra en este ebook, es muy fácil adaptar técnicas de la numismagia para simular efectos de mentalismo.
Para el que no conozca a Pablo, es un mentalista chileno autor de muchos libros y efectos de gran éxito entre los mentalistas de todo el mundo. Y por suerte para los mentalistas de habla hispana, Pablo está empezando a editar parte de su material en castellano, como es justo el caso que nos ocupa.
Ésta es la ficha del producto:
Título: “Monedas Improvisadas”
Autor: Pablo Amirá
Formato del producto: Ebook de descarga directa. PDF, con 19 páginas aproximadamente (incluyendo portadas y similares), con fotografías y enlace a un vídeo con explicación complementaria de las técnicas.
Precio: 10 $ (8.93 € aprox.)
Enlace: http://monedasimprovisadas.blogspot.cl/
Descripción del fabricante: Monedas Improvisadas es un efecto que podrás hacer en cualquier lugar, sin necesidad de aparatos especiales, 100% improvisado. Solo psicología, métodos subterfugios, showmanship y por sobre todo tu propia personalidad permitirá crear el milagro de predicción.
Para poder crear un juego interesante referente a “decisiones intuitivas”, el hombre misterioso pide monedas a un participante. Luego de seleccionar dos monedas, se juega a “en que mano está” , donde tu participante usando su intuición tendrá que adivinar que moneda tomaste en tu mano. Luego de aciertos y fallos, el proponente del juego psíquico comenta que esto en realidad no era solo sobre la intuición de tu participante, sino la tuya y como pudiste en cierta manera pronosticar los eventos y decisiones, mostrando que en tu tarjeta tienes escrito no solo las 2 monedas usadas sino que exactamente el resultado de las decisiones de tu participante.
Esta rutina es parte de mis nueva conferencia “CreativiDAD”, donde agrego mucho material e ideas que podrás utilizar en tu propio repertorio, seas tanto Mago, Mentalista, Bizarrista, Hipnotista u otro artista de misterio
Pros:
Contras:
Conclusiones:
Para empezar se trata de un libro de magia bizarra. Esta es una rama que está relacionada en cierto modo con el mentalismo, ya que uno de los objetivos de ella es que tenga la apariencia de lo real. Se tratan temas muy cercanos al mentalismo como el espiritismo, las predicciones, movimiento de objetos, incluso el fakirismo,... Además, muchos de los métodos que explica Keiz son muy difíciles —o prácticamente imposibles— de encontrar en otro sitio.
El resto de aspectos del libro sigue la tónica habitual de Keiz —que ya de por sí es una rara avis entre las publicaciones de mentalismo o ilusionismo—: cada efecto incluye una charla basada en una historia muy elaborada, que atrapa y engancha, no sólo al espectador, sino al propio lector del libro, lo que hace mucho más amena la lectura. Las explicaciones de los efectos, por otro lado, son concisas y van al grano.
En cuanto al tipo de material hay de todo, pero hay que precisar que los efectos están pensados para presentar en actuaciones formales. Aunque técnicamente muchos efectos se podrían presentar “de cualquier manera”, la fuerza del material de Keiz es en gran parte su puesta en escena y su charla.
Dicho esto, hay efectos pensados para teatro, otros para realizar de cerca en mesa, otros efectos muy apropiados para TV, una sesión de espiritismo, etc.
Ahora bien, no son efectos para todos. Keiz ha reservado para este libro todas esas rutinas demasiado fuertes como para publicarse en un libro normal y corriente. Pero es ahí precisamente donde reside el valor del libro: si trabajas y presentas aunque sea uno sólo de los efectos más fuertes del libro, ten la certeza de que tendrás en tu repertorio algo especial y único. Algo que sólo un par de personas en el mundo se atreven a realizar. Hay magos que se conforman con hacer lo que hace todo el mundo, pero si quieres hacer algo original e impactante seguro que vas a encontrar aquí algo.
A continuación la ficha del producto:
Título: “El Libro de los Demonios”
Autor: Keiz
Formato del producto: Ebook de descarga directa. PDF, con 110 páginas aproximadamente, con ilustraciones y fotografías.
Precio: 99,95 €
Enlace: http://www.magosartesanos.com/contents/es/p8581_libro_demonios.html
Descripción del fabricante:
El Libro de los Demonios es el grimorio personal de Keiz,salido del mismísimo infierno. Una obra muy personal que incluso llegó a atormentar al mismísimo autor a la hora de su escritura.
Atrévanse a despertar y a enfrentarse a cada uno de los demonios que reside en estas páginas.
No es un libro para todos. Se trata de un libro de rutinas de magia bizarra y de terror extremo. No se tratan de rutinas del gusto de todos. Solo recomendable para aquellos artistas que quieran llevar su magia bizarra al más extremo de todas sus vertientes.
Contenido:
Pros:
Contras:
Conclusiones:
Conocido como el padre del ilusionismo moderno. Llevó la magia de los mercados, presentada por juglares y artistas callejeros, a los salones de la clase alta de la época, grandes teatros, realeza, etc.
Aunque no lo clasifique como un mentalista, considero que fue una figura relevante para el mentalismo por varios motivos. El primero es que, si estudias sus presentaciones, verás que Robert-Houdin tenía algo que han perdido los ilusionistas modernos: credibilidad. Sus charlas tenían un cierto toque científico, con el que trataba de darle cierta verosimilitud a sus efectos. Y, presumiblemente, en aquella época la mayoría de sus efectos debían parecer auténticos milagros. Véase por ejemplo la presentación de “La Suspensión Etérea”, en la que supuestamente hacía uso de las cualidades del éter, el cual se estaba empezando a estudiar en aquella época.
En segundo lugar, Houdin fue el creador de uno de los actos de mentalismo más importantes de la historia moderna: lo que él llamó la segunda visión (“Second Sight”). Fue esto lo que usó de reclamo al estrenar su primer teatro. El acto consistía en que su hijo, vendado, era capaz de adivinar y describir los objetos que eran entregados a Houdin, como si fuese capaz de ver a través de los ojos de su padre, o de leerle la mente. Este acto, conocido ahora como el acto de lectura mental entre dos personas (“two-person mind-reading act”), ha sido el más importante y prácticamente el único espectáculo completo de lo que podría llamarse “mentalismo” hasta la primera mitad del siglo pasado, con la popularización del acto de Preguntas y Respuestas y el Cumberlandismo. Los pocos artistas que se han atrevido a trabajar y a presentar la segunda visión en la actualidad, han triunfado en los escenarios.
Siempre me sorprende el poco conocimiento que hay sobre esta importante figura del mentalismo, aunque como muchos otros Hanussen nunca se denominó él mismo como mentalista, sino médium o vidente. Llegó a ser tan famoso en Alemania y países próximos como pudo ser Harry Houdini en EE.UU.
Y aunque poco conocido por los mentalistas hispano hablantes, es bastante probable que haya sido el responsable de inspirar el acto de “Preguntas y Respuestas” entre los artistas y charlatanes estadounidenses. También fue un pionero en el uso de la hipnosis teatral y la lectura muscular.
Si queréis saber más sobre este interesantísimo personaje, que se dice llegó a asesorar al mismísimo Hitler, no os perdáis mi artículo “Hanussen: el primer mentalista moderno”.
Dunninger fue uno de los mentalistas más famosos, así como uno de los pioneros del mentalismo en la radio y la televisión. Además fue famoso por desenmascarar a médiums, como se puede ver en el siguiente vídeo, en el que desvela algunos de los secretos de las sesiones espiritistas:
No solo tuvo éxito entre el público en general, sino que sigue siendo hoy día un gran referente para todos los que practicamos esta disciplina.
David Berglas ha sido la inspiración de toda una generación de mentalistas e ilusionistas. No en vano ha sido el primero de muchos en presentarse como “mago psicológico”. Se hizo muy popular en la radio al conducir lo que él llamó “Nationwide Psychological Experiments” —que puede traducirse como “Experimentos Psicológicos a Escala Nacional”—. También triunfó en TV siendo uno de los primeros ilusionistas en aparecer en la televisión británica.
Su contribución más citada en el mundo del mentalismo es lo que llamamos ahora “Efecto Berglas”, también conocido como El Santo Grial del mentalismo. Se trata de un efecto de carta al número en condiciones imposibles.
Uri Geller es sin duda el mentalista más conocido ahora mismo en el mundo entero. Y además el más polémico. Incluso etiquetarlo como mentalista puede crear discusión, ya que él siempre ha afirmado tener realmente poderes sobrenaturales. Y la mayoría del público es lo que sigue creyendo, independientemente de las pruebas que se han presentado para desenmascararle. En cualquier caso es indiscutible que ha influido en los mentalistas de todo el mundo, popularizando efectos como el de doblar metales, que ahora forman parte del repertorio de muchos mentalistas.
Gracias a —o por culpa de— Derren Brown el mentalismo ha experimentado un enorme auge en los últimos 10 años. Muchos ilusionistas le debemos a él la inspiración para comprender que había una forma moderna de presentar este arte. Esto también ha tenido su lado negativo, al proliferar los que se han limitado a fotocopiar sus efectos y sus presentaciones.
No se denomina a sí mismo mentalista, simplemente afirma que usa “magic, suggestion, psychology, misdirection, and showmanship” —podría traducirse como “magia, sugestión, psicología, misdirection, y presencia escénica”—. De nuevo, la credibilidad de este artista es inmensa entre el público, y en su país es un auténtico ídolo pop.
Esta fama explotó como la pólvora —y nunca mejor dicho— con un programa especial de TV que finalizaba con su efecto de ruleta rusa. Ya en ese show se podía apreciar las grandes dotes de actor y de presencia escénica que lo hacen un artista único —además de su especial sentido del humor—, no sólo entre los mentalistas e ilusionistas sino en todas las artes escénicas.
Sus shows en vivo son incluso más espectaculares, y suele emitir en TV una versión reducida de cada uno de sus espectáculos de teatro. Son absolutamente dignos de estudio. Como lo son, por supuesto, sus libros y vídeos dirigidos a magos y mentalistas —aunque son pocos y difíciles de encontrar—.
No os perdáis la lección que da Derren Brown en este vídeo con un genial minuto de silencio, y quien quiera entender que entienda:
Por supuesto que me dejo a muchos, y muy importantes, en el tintero: Chan Canasta, Kreskin,... Pero no quiero olvidar a una figura que ha sido el referente del mentalismo aquí en España: Anthony Blake.
Hace unos años, cuando tenías que explicar qué era el mentalismo, sólo había que nombrar a Blake y todo el mundo lo entendía. Durante mucho tiempo ha sido prácticamente el único mentalista de fama. Y aún hoy ningún otro ha conseguido alcanzar su popularidad. Sin duda una figura controvertida entre el público y entre los propios artistas, pero no se puede negar que Anthony Blake tiene una presencia escénica que nadie puede igualar —aunque lamentablemente muchos lo han intentado—. Y además es el artista que más ha arriesgado con puestas en escenas diferentes y originales, como “Lo Saben Todo de Ti”, o su nueva apuesta “Jekyll & Hyde”, una “ópera mental” con un planteamiento muy sugerente.
Y tú, ¿a quién más incluirías en esta lista? ¿Crees que sobra alguno?
]]>La pregunta más recurrente que me hacen es: “¿cuáles son los mejores libros para aprender mentalismo?” Para responder me voy a basar en la opinión general de la comunidad de mentalistas. Y por supuesto en mi propia experiencia.
Pero antes de entrar en materia, algunas cuestiones:
Es muy recomendable haber estudiado y practicado algo de ilusionismo. Lo más sencillo y atractivo es empezar con la magia con cartas. Sólo necesitarás una baraja y podrás aprender todos los principios básicos. El libro que se suele recomendar es ”Cartomagia Fundamental” de Vicente Canuto.
Si se quiere avanzar en el mundo del mentalismo, antes o después tendrás que aprender inglés. Puedes limitarte por ahora al material en castellano, pero vete haciendo a la idea de que la mayoría de los libros de referencia fundamentales están en inglés.
Si sólo te interesa saber por encima qué es el mentalismo, y de paso aprender algunos secretos para dejar alucinados a los amigos, te recomiendo mi propio libro “Confesiones de un Mentalista”. Si después quieres seguir aprendiendo, éstos son los libros imprescindibles:
Algunos compañeros argumentan que éste no es un libro de mentalismo para principiantes. Estoy de acuerdo en parte. Pero en lo que estoy seguro que coincidimos todos es que "Los 13 Escalones del Mentalismo" es el libro imprescindible para cualquier mentalista. Como dice el propio Bob Cassidy, el Corinda es el libro de texto del mentalismo. Un manual de referencia, se podría decir. E incluso el maestro Cassidy lo recomienda a los que comienzan en el mundo del mentalismo.
La primera vez que se lee todo el mundo piensa lo mismo: está anticuado. No estoy nada de acuerdo. Lo que sí es verdad es que desde que se escribió han aparecido nuevas técnicas, nuevos principios,... lo que no significa que lo que aparece en el libro esté obsoleto. Casi todo se puede usar hoy día aunque, como todo, hay que adaptarlo y trabajarlo.
Tampoco me parece un libro pesado o denso. La verdad es que disfruté mucho con la forma de escribir de Corinda y con su sentido del humor.
Éste es un monstruo muy distinto al libro de Corinda. Para empezar no está escrito por el propio Annemann. Es una recopilación de efectos suyos aparecidos en la revista Jinx. Annemann es una de las referencias más importantes del mentalismo. Una mente que ha creado los efectos y los métodos más innovadores del mentalismo moderno. De nuevo pueden parecer anticuados, pero los mejores mentalistas de la actualidad siguen trabajando sobre el material de Annemann.
He recomendado “Practical Mental Effects”, pero prácticamente cualquier libro de Annemann es digno de estudiarse. Por ejemplo, la editorial Páginas tiene un libro sobre Annemann muy recomendable. Y en castellano :)
Banachek —junto con Derren Brown— fue el que me hizo cambiar el concepto que tenía del mentalismo. Leí “Psychological Subtleties” porque trataba de técnicas psicológicas, que era lo que más me gustaba del ilusionismo. Pero al leerlo me enamoré por completo del mentalismo. Comprendí que se podía presentar de otra forma y hacerlo atractivo al público moderno. Eso en cuanto a la teoría… En cuanto a la parte práctica hay mucho que asimilar. Es de esos libros que hay que leer una y otra vez. Y según vayas madurando en el mentalismo, aprenderás más y más cosas cada vez que lo releas.
No sólo hay técnicas o métodos, sino también muchos efectos. Aunque la mayoría del material está pensado para que lo apliques a las rutinas que ya haces.
Este libro forma parte de una trilogía, y os puedo asegurar que cada uno de los tomos es más que recomendable:
Ésta es una recopilación casi enciclopédica de efectos, realizada por Ricardo Marré. Aquí podrás encontrar rutinas de los autores de mentalismo más importantes. Su mayor virtud es también su gran defecto: contiene demasiado material. Tendrás que ser bastante sistemático para poder sacarle provecho: leer, seleccionar efectos, apuntar ideas, releer, adaptar,...
Creo que este libro completa muy bien la lista. La sugestión y la hipnosis forman una parte muy importante del mentalismo. Y unos conocimientos mínimos de cómo funcionan van a mejorar sin duda todos los efectos que hagas.
“Reality Is Plastic” se ha convertido en poco tiempo en toda una referencia, y es el libro más recomendado para empezar en la hipnosis. Además, Anthony Jacquins ha producido también varios DVDs sobre el tema. Aunque recomiendo empezar siempre por los libros.
Si quieres saber más, Max Verdié tiene una magnífica reseña del libro.
Aunque hay una pequeña introducción al tema de la lectura en frío en el libro de Corinda, te va a ser complicado poder realizar lecturas sólo con eso. El libro que te propongo, “The Full Facts Book of Cold Reading” es el más recomendado para comprender exactamente qué es la lectura en frío.
Ahora bien, te voy a proponer un par de alternativas:
Una opción es empezar por aprender alguno de los sistemas esotéricos que existen, aunque no creas en ellos. Como por ejemplo la lectura de cartas del Tarot, o la Quiromancia,... En cualquier librería podrás encontrar libros sobre estos temas. Aunque mi preferido es “Palm Readings In Your Own Words”, en el que Julian Moore enseña de una forma muy práctica y sencilla a hacer lecturas de las palmas de las manos. Lo que más me gusta de este libro es que está muy bien estructurado, para que sea más fácil memorizar los significados. Además del énfasis que hace en realizar lecturas que suenen naturales. De esta forma aprenderás a realizar lecturas sin necesidad de conocer el funcionamiento real de la lectura en frío, nada de psicología, ni de técnicas verbales,...
Sobre esto último existe muy poco en castellano. Y lo que hay no es muy completo. Por esa razón creé mi “Método de Lectura en Frío”. Es un curso de iniciación a la lectura en frío con audio y texto.
Ahora bien, si no tenéis problemas con el inglés y preferís un libro físico, lo más completo es sin duda la obra de Ian Rowland.
Uno de los mayores errores que cometemos —yo el primero— cuando estamos aprendiendo algo nuevo es la sobrecarga de información. Es decir, atesorar libros, DVDs, efectos, etc. sin trabajar cada uno de ellos como se merecen. Simplemente con el libro de Corinda y el de Annemann podrías estar estudiando durante un par de años. Te recomiendo que te centres en un sólo libro y lo exprimas. Y después de haberlo estudiado y trabajado durante un tiempo, pases al siguiente. Eso sí, no olvides volver a repasarlos con el tiempo, porque cuanto más madure tu mentalismo, más provecho sacarás de los libros.
¿Y para ti? ¿Cuál es el libro imprescindible, o el que te hizo enamorarte del mentalismo?
###
Y, recuerda, si quieres iniciarte en el mundo del mentalismo desde 0, te recomiendo "Confesiones de un Mentalista", una introducción al mundo de la mente y al mentalismo.
]]>Muchos suelen decir que odian a los niños. Yo no tengo sentimientos tan fuertes contra ellos —ejem— sino simplemente mi material y mis espectáculos no están dirigidos a ese público. Soy de la opinión de que es importante especializarse, y simplemente escogí el sector más adulto porque era con el que estaba más cómodo, y el material que me gusta trabajar es más apropiado para ellos. Muchas veces me han dicho que cierro demasiado mercado y pierdo muchas oportunidades, y es verdad, pero como dice el refrán: “quien mucho abarca, poco aprieta”.
Dicho lo anterior, también creo que es bueno tener algo preparado para ocasiones como éstas. Os voy a dar algunas recomendaciones basadas en mi experiencia personal, pero os advierto de que no soy un experto en público infantil.
Lo más importante que tienes que tener en cuenta al actuar para niños es, como dice mi amigo Max Vierdié: “lo que importa no es destino, es el viaje”. ¿Qué quiere decir esto? Que el efecto puede ser más o menos fuerte, esto da un poco igual, lo importante es el desarrollo del efecto. Eso debe ser lo más importante. Tienen que pasar cosas interesantes para los niños durante la rutina. No puedes esperar a que el niño mantenga el interés solamente por la promesa de un desenlace impactante.
La salida “fácil” sería contar una historia, y es lo primero que piensa uno cuando escucha esto, pero eso sería limitarse mucho. Os voy a explicar exactamente las rutinas que uso para niños.
Cuando partes de un tema que de por sí a los niños les interesa ya sales con ventaja. Esta rutina es muy sencilla. Sacas dos niños y a cada uno le das a elegir “al azar” un superhéroe. Le dices que se imaginen mentalmente que son cada uno el personaje que le ha tocado y vas adivinando poco a poco los detalles de cada uno. Tras desvelar el personaje llamas la atención hacia un sobre que siempre estuvo a la vista y al abrirlo hay una ilustración de un cómic con ambos superhéroes luchando.
Una rutina simple pero con muchos detalles:
El método no puede ser más sencillo: una bolsa transparente llena de papelitos doblados con nombres de superhéroes. Ya os podéis hacer una idea de cómo va la cosa. También podéis usar una baraja en blanco o un paquete de tarjetas escritas. La técnica es lo de menos.
En primer lugar pedidle a los niños que saquen cada uno una tarjeta de prueba y que la lean en voz alta. Esto cumple dos objetivos: en primer lugar corroborar que los papeles son todos distintos, pero lo más importante es que tienes que cerciorarte de que los niños pueden leer sin problemas las tarjetas. Se vuelven a guardar las tarjetas y ya sí, das a elegir las dos tarjetas con los héroes que vamos a usar. Ten cuidado con los niños porque son capaces de volver a leer los nombres en voz alta, o enseñarte las tarjetas, etc. Si en el mentalismo es importante el control del público, con niños muchísimo más.
Ahora viene el proceso de adivinación. De nuevo: si en el mentalismo es importante el proceso, con los niños es fundamental. Pídele a cada uno que se imagine que es el superhéroe que le ha tocado, que tiene su ropa, sus poderes, sus armas,... Y ve adivinando poco a poco todos los detalles de cada uno alternativamente. Hazlo interesante. Pídele que se miren las manos y adivina si tienen algo en ellas. Si son capaces de volar, o tienen una fuerza extraordinaria,...
Una vez que has adivinado los personajes puedes mostrar la predicción. Fíjate que la estructura de este juego no tiene sentido: adivinas algo —leyendo sus mentes— y luego resulta que lo sabías todo con anterioridad. Nunca me ha gustado esta estructura que he visto usar a otros magos y mentalistas más de una vez, por la única razón de que, sí, puede que el público no encuentre la incongruencia, pero siempre he pensado que inconscientemente los espectadores notan algo raro. Pero creo que con el público infantil no hay problema en usarla. De hecho, tengo un motivo oculto para usar este final: si en algún momento durante la rutina a alguno de los niños se le escapa el nombre del personaje —que me ha pasado alguna vez— siempre tengo un clímax que puedo usar. Si haces este efecto verás que cuando vas adivinando cosas acerca de los personajes, los niños entre el público van a empezar a hacer conjeturas y muchos van a adivinar finalmente el personaje. Con la predicción tienes un final mejor que el que se esperaban. Eso sí, no anuncies al principio que tienes una predicción, simplemente déjala a la vista.
Otra rutina que suelo hacer es una versión de “Las siete llaves de Baldpate” de Annemann. Hay un regalo para un niño pero solo se lo va a llevar si adivina cuál de las 7 llaves abre el candado. Lo que hay que potenciar es el proceso de elección de la llave, darles oportunidad para que cambien de decisión, etc. Sobre la elección del regalo, que parece una tontería pero es un pequeño quebradero de cabeza cada vez que lo tengo que elegir: no regales nada de comida, ni chucherías, porque lo último que quieres es que el niño se ponga malo del estómago y te puedan echar la culpa. Tampoco soy partidario de regalar juguetes. Prefiero regalar algo de material escolar: agendas, carpetas, lápices de colores,...
Algunas veces trabajando en restaurantes he tenido una mesa con algún niño —no era lo habitual porque cuando he actuado en este tipo de ocasiones se especifica público adulto—. En estos caso he usado una rutina que hago para adultos y que explico en mi conferencia: la adivinación de una película. Con niños lo presento exactamente igual, con la única diferencia de que la película que eligen es infantil, obviamente. Mi rutina es más que la adivinación del título de la película: adivino el personaje que están pensando, la escena exacta que están visualizando, etc. Volvemos al proceso, que en este caso es exáctamente el mismo que uso con público adulto. Solo cambio la fase final, que simplifico la adivinación del nombre de la película —con adultos adivino las letras que están pensando, o la palabra específica del título en la que se concentran,...—.
Si le das vueltas a los efectos que ya realices seguro que encuentras la forma de hacerlos interesantes para los niños: ruleta rusa con un huevo, test de la revista con un cuento ilustrado o tebeo,...
Actuar para público infantil es mucho más complejo que simplemente hacer “efectos para niños”. Hay que comprender las particularidades de los niños de cada edad, saber cómo hablarles, como controlarlos,... Y como hemos visto en este artículo: saber hacer interesante, no solo el clímax del efecto, sino todo el desarrollo.
Te recomiendo que si te interesa el público infantil y el mentalismo investigues cómo combinar ambos. Hay mucha información sobre magia infantil que te puede servir de base para trabajar desde la óptica del mentalismo. Muchos mentalistas, amigos y compañeros han demostrado que es posible.
¿Y tú? ¿Cuál ha sido tu experiencia con este tipo de actuaciones?
]]>Para entrar en materia hay que definir qué es el mentalismo y qué es el ilusionismo. Estas definiciones son la que van a determinar todo el argumento posterior.
Para mí el mentalismo es la disciplina que explora los límites del ser humano. En primer lugar digo “disciplina” y no “arte”, porque creo que para que algo se convierta en arte debe haber una intencionalidad artística del que lo ejecuta. Por ejemplo, para mí Ramon Campayo es un mentalista, y él mismo se ha definido algunas veces como tal, incluso se ha atrevido a hacer algún efecto, con más o menos acierto. Otro ejemplo es Uri Geller, que es el mentalista por excelencia (según el punto de vista del público general) y que tiene una gran credibilidad, aunque no destaca precisamente por la parte artística.
Cuando digo que el mentalismo “explora los límites del ser humano” me refiero a que el mentalismo es una ciencia que investiga fenómenos que están en la frontera entre la realidad y la ficción. Por ejemplo, ¿es posible la telepatía? El mentalismo trata de dar respuesta a esta pregunta, entre otras. Lo que sabemos es que no se puede transmitir el pensamiento por el aire como por arte de magia, pero se puede saber lo que está pensando una persona con el lenguaje muscular o la lectura en frío. O bien, ¿es posible controlar la mente de otra persona? Sí, con la sugestión y la hipnosis. Para mí eso es el mentalismo: buscar el límite entre los verdaderos poderes de la mente y la ficción de lo sobrenatural.
Para completar esta definición debo aclarar que cuando digo “límites del ser humano” me refiero tanto a físicos como a mentales. Es decir, fenómenos de dominio del propio cuerpo como controlar el pulso, aguantar el frío, la respiración, etcétera, también entran para mí en el mentalismo, aunque técnicamente se denomine fakirismo.
El ilusionismo es algo totalmente distinto: es el arte que crea en el espectador la sensación de lo imposible. Fíjate que ahora sí uso la palabra “arte”, porque por definición el ilusionismo consiste en transmitir sensaciones. Al menos la sensación de lo imposible, a la que hago referencia en la propia definición.
Pero ¿qué es esa “sensación de lo imposible”, o “sensación de imposibilidad”? Pues es lo que Arturo de Ascanio definió como la sensación que se produce en la mente humana cuando una situación inicial contrasta con una situación final sin conexión lógica. Por ejemplo, cuando cerramos la mano con una moneda, y al abrir la moneda ya no está, en la mente humana se produce un conflicto porque es incapaz de conectar con la lógica ambos estados. Ésa es la sensación de lo imposible, y es la que es común a todos los efectos de ilusionismo. En algunos efectos del ilusionismo esos estados inicial y final no están tan claros, pero la sensación siempre es la misma.
Esa emoción, esa sensación de imposibilidad que produce el ilusionismo no se da en el mentalismo, siempre que se haga buen mentalismo, claro.
Pongamos un ejemplo de mentalismo básico: la lectura en frío (o lectura, a secas). Nos acercamos a un espectador y leyendo las líneas de su mano lo sabemos todo acerca de él. Aquí no hay contraste entre dos situaciones, ni interrupción lógica, porque en la mente del espectador hay una explicación muy clara: sabemos cosas sobre su vida porque lo estamos leyendo en su mano. Si esto es más o menos creíble es ya otro tema, que depende del contexto, el espectador, etc. (con el tipo de público que suelo trabajar es mucho más verosímil usar una lectura de manos de tipo analítico, pero eso es otra historia).
Con el resto de efectos básicos del mentalismo pasa lo mismo: hipnosis, memorización, calculismo, lectura muscular,... Existe una explicación y el espectador la conoce. La explicación puede ser real o ficticia, pero eso no cambia la sensación que percibe el espectador. Por ejemplo, un ilusionista puede decir que para hacer desaparecer la moneda la ha desintegrado en partículas muy pequeñas, o que la ha hecho invisible, pero el espectador siempre sabe en el fondo que es solo presentación, aunque por unos instantes se deje llevar por la fantasía como cuando ve una película.
La pregunta típica que hacen los magos es “entonces si adivino una carta pensada ¿qué es? ¿mentalismo o magia?”. Muy fácil de responder: ¿qué tipo de emoción se ha provocado en la mente del público? Si ha sido una sensación de imposibilidad, algo a lo que el espectador no puede dar solución lógica, entonces es magia. Si el espectador cree que lo hemos adivinado gracias a la interpretación del lenguaje corporal, o a conocimientos profundos de la psicología y de la mente humana, entonces hemos hecho mentalismo. Da igual que en un caso u otro hayamos usado la misma técnica, lo que importa es qué emoción hemos producido en el espectador con nuestra presentación.
El hecho de que en algunos efectos del mentalismo se usen técnicas del ilusionismo, y viceversa, no implica que ambas cosas sean lo mismo. El ilusionismo en toda su historia se ha nutrido de otras ciencias, artes y disciplinas. Por ejemplo muchas de las técnicas de la cartomagia vienen del tahurismo, y algunos efectos típicos de la magia provienen del espiritismo. Del mismo modo el mentalismo también se ha nutrido del ilusionismo, al igual que muchos tahúres han aprendido y aplicado técnicas de la magia con cartas, lo que no significa que ambas cosas sean lo mismo.
Podemos definir la magia mental, como los efectos de ilusionismo con una temática mental. Algo que no tiene nada que ver con el mentalismo. El efecto de la baraja invisible se puede presentar como ilusionismo, magia mental o mentalismo, pero está claro que desde el punto de vista del público solamente la presentación de un mentalista tiene algo de credibilidad. Dicho de otro modo: cuando un mago hace la baraja invisible es algo mágico, pero si lo hace un mentalista es algo verosímil.
Y ese es un punto muy importante: la credibilidad. Cuando el público ve a un ilusionista sabe que está usando trucos o trampas para reproducir los efectos. Un ilusionista no tiene reparos en admitirlo. Pero con un mentalista, esto no está tan claro. El mentalismo, como hemos visto, anda en el límite de la realidad y de la ficción, y por ello en la mente del espectador siempre hay una puerta abierta a la posibilidad de que aquello sea real.
De hecho, para mí existe lo que he denominado el mentalismo puro. Esto es un mentalismo que no usa trucos, en donde el mentalista hace exactamente lo que dice que hace. Se basa en cuatro pilares que definí en otro artículo. Esos cuatro pilares son:
Ten en cuenta que un espectáculo que se base en uno o en varios de estos pilares sería un espectáculo sin trampas ni trucos: el mentalista hace exáctamente lo que dice que hace. Y de hecho existen este tipo de espectáculos. Por ejemplo, hay espectáculos completos de memorización y calculismo como el de mi admirado Mario Larrea. Él no usa trucos, aunque sí usa técnicas que pueden ser o no secretas. A esas técnicas no se les puede llamar trucos ni trampas porque está haciendo realmente lo que dice que hace: memorizar y calcular mentalmente.
Con el resto de pilares del mentalismo pasa lo mismo. Por ejemplo, existen miles de espectáculos en el que sólo se usa la hipnosis. También existen espectáculos completos de lecturas, aunque aquí en España no son muy comunes. Tampoco son habituales los espectáculos de lectura muscular, pero si estudias la historia del mentalismo verás que hace un par de siglos había básicamente tres tipos de espectáculos de mentalismo:
Este último tipo de espectáculos eran demostraciones de lectura muscular encontrando objetos escondidos, adivinando dibujos, etc. Todo usando la misma técnica.
Ahora bien, la mayoría de los llamados mentalistas realizan espectáculos en los que usan efectos de ilusionismo, por ejemplo. ¿Cómo encaja esto en mi visión del mentalismo? Muy sencillo: yo soy mentalista, pero por encima de todo me considero un artista. Cuando diseño un espectáculo mi objetivo es transmitir unas ideas y unas emociones. Cada espectáculo que construyo lleva un mensaje que quiero transmitir al público, y para transmitir esas ideas usaré todo aquello que necesite, ya sea mentalismo, ilusionismo, escapismo o, si hace falta, malabarismo, música, humor,... Si para crear una emoción necesito usar algo ajeno al mentalismo no tengo más remedio que usarlo: contar una historia, un chiste, o incluso hacer piruetas si hace falta. Lo que sea necesario para lograr el objetivo artístico.
Otra cosa muy distinta es lo que hago fuera del escenario, en situaciones íntimas, de cerca,... En estos casos intento ser lo más purista posible. Pero eso es simplemente por gusto personal. Prefiero no utilizar accesorios y usar técnicas puras como la lectura en frío, la sugestión, sutilezas psicológicas, técnicas verbales, etc. Eso sí, si siento que la situación lo requiere no tengo ningún problema en usar además algún efecto de mentalismo más estándar.
Para que se comprenda un poco mejor lo que quiero decir: para mí el mentalismo (puro) es al mentalismo teatral lo que la magia es al ilusionismo.
Llegados aquí muchos estarán pensando “¿y qué más da cómo llamemos a cada cosa?”. En mi opinión sí es importante. Creo que a la hora de estudiar una disciplina es muy importante definir y clasificar qué es cada cosa para organizar y estructurar en la cabeza todo aquello que se está aprendiendo. Comprender cómo el espectador percibe cada disciplina es crucial para saber cuál es el tipo de efectos que debemos usar, y la mejor manera de presentarlos, según lo que queramos transmitir y según nuestras inquietudes artísticas.
Por suerte o por desgracia el mentalismo está de moda. Ahora muchos quieren hacer mentalismo por una razón muy sencilla: ven el efecto que causa un mentalista sobre el público y quieren conseguir el mismo efecto haciendo lo mismo que han visto al otro. Pero cuando hacen exactamente la misma rutina resulta que el público no responde igual que cuando lo hace el mentalista. Esto sucede, entre otras razones, porque esos imitadores pueden conocer el secreto de los efectos pero no entienden el mentalismo.
Para terminar, Bob Cassidy ha escrito bastante sobre este tema y entre otras, plantea la siguiente diferencia entre el mentalismo y el ilusionismo:
Cuando un espectador ve un efecto de ilusionismo pregunta: “¿¡Cómo has hecho eso!?”
Cuando un espectador ve un efecto de mentalismo pregunta: “¿¡Cómo has aprendido a hacer eso!?”
Y para ti ¿qué es el mentalismo? ¿Cómo lo definirías? ¿Crees que es una rama del ilusionismo?
]]>